Inflación en baja, alivio fiscal y el plan silencioso para volver a los mercados

En un informe se observaron caídas significativas del precio de los alimentos y de la indumentaria, a pesar del cambio de estación.


Un informe privado circula en los despachos del Palacio de Hacienda y en la Casa Rosada. El documento indica que la inflación de mayo se ubicaría por debajo del 2%, lo que refuerza la estrategia de política fiscal y monetaria de ahogar financieramente cualquier síntoma de desvío.

El informe da cuenta que en la tercera semana de mayo se observaron caídas significativas del precio de los alimentos y de la indumentaria, a pesar del cambio de estación.

Todo esto ocurre en medio de una marcada liquidación de divisas por parte de los exportadores de granos, en especial por los ingresos provenientes de los embarques de maíz y, fundamentalmente, del girasol.

En este último caso, sorprendió el buen rendimiento por hectárea de la oleaginosa, y algunos analistas anticiparon que las ventas al exterior podrían dejar unos 2.000 millones de dólares que ingresarían en las próximas semanas.

Esto también generó cierto alivio en los despachos oficiales, que miran con buen grado la mayor disponibilidad de divisas para arremeter con los proyectos para dolarizar la economía.

El anuncio de mantener las retenciones bajas para el trigo hasta fin de enero próximo movilizó a los productores y los lanzó a una siembra masiva, ampliando en casi 20% la superficie implantada.

Este anuncio llevó a que las primeras estimaciones de siembra del cereal superaran los 7 millones de hectáreas, lo cual arrojaría una cosecha superior a las 20 millones de toneladas, si se mantiene el rinde promedio de unas 3 toneladas por hectárea, lo que dejaría un saldo exportable por unos 2.600 millones de dólares.

El propio ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció días atrás en Córdoba que el gobierno todavía está en deuda con el campo, pero matizó los reclamos por las retenciones señalando que, a pesar de la estrechez fiscal, la administración de Milei fue el único gobierno que bajó los costos de producción para el sector rural en lo que va del siglo.

Mientras tanto, el ministro trabaja silenciosamente en dos frentes.

El primero, se están dando las últimas puntadas para la redacción de los proyectos de ley que deroguen las penalizaciones a la tenencia y uso de divisas heredadas de los años kirchneristas, junto con las modificaciones a la ley penal tributaria para desactivar el control de tipo policiaco que ejercía el Fisco sobre la sociedad.

El trabajo es frondoso porque se busca que no se deje ninguna endija por donde se pueda colar alguna posibilidad de revisión fiscal.

Al mismo tiempo, en el Banco Central (BCRA) se apura la redacción de las circulares y la modificación de la Carta Orgánica para permitir el uso de divisas extranjeras como monedas de curso legal y permitir que las personas físicas y jurídicas puedan abrir cuentas bancarias en dólares, euros, reales u otras monedas.

La redacción es compleja y requiere precisión, de allí que lleva tiempo la definición.

El segundo frente es mucho más delicado. Se trabaja con sigilo para intentar que la Argentina pueda volver a los mercados financieros internacionales antes de fin de año.

El primer objetivo es que se pueda alcanzar una caída del riesgo país por debajo de los 500 puntos, y para ello es clave mantener la disciplina fiscal y financiera y la inflación bajo control.

El segundo paso podría ocurrir hacia fin de junio cuando el Morgan Stanley Capital Investment (MSCI), una empresa dedicada a ponderar y proveer cerca de 100.000 índices diarios sobre acciones, bonos, fondos de capital de inversión y otros activos, revalúe la nota de la deuda argentina y finalmente pueda salir de su calificación de “mercado de frontera” y volver a ser un “mercado emergente”.

Los índices MSCI son utilizados por los inversores como referencias y reflejan la evolución del valor de las compañías que cotizan en bolsa, al analizar riesgos y retornos. Su importancia radica en que son comparables entre sí, ya que se construyen sobre bases metodológicas comunes.

Estas calificaciones generan fuertes cambios en los flujos de capitales en el mundo, debido a que miles de fondos de activos e inversionistas siguen de cerca a los integrantes de estos índices para estructurar sus portafolios de inversión.

Una mejora en la nota de la deuda permitiría que muchos fondos de inversión puedan acceder a comprar títulos argentinos, lo cual facilitaría y abarataría el costo financiero a la hora de renegociar vencimientos y alargar plazos cuando el país deba afrontar las obligaciones heredadas de la gestión del exministro Sergio Massa.

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